Soil O-Live es un proyecto europeo que estudia y evalúa la salud de los suelos del olivar mediterráneo y sienta las bases para su restauración.
El Proyecto Europeo Soil O-Live fue coordinado por Antonio José Manzaneda Ávila, quien forma parte del Instituto Universitario de Investigación en Olivar y Aceites de Oliva y de la Universidad de Jaén.
Tal investigación tiene el objetivo central de estudiar el efecto del manejo agrícola en el estado de salud general de los suelos de los olivares mediterráneos y su impacto sobre la producción y calidad del aceite de oliva producido en la región mediterránea.
Bajo el lema “La biodiversidad del suelo y la funcionalidad del olivar mediterráneo: un análisis holístico de la influencia de la gestión del suelo en la calidad y seguridad del aceite de oliva”, este trabajo cuenta con la participación de 17 socios, entre empresas privadas e instituciones.
En el marco de la primera fase, se han recogido más de 5.200 muestras en las 52 parcelas del proyecto en distintos puntos de Europa y el Norte de África para avanzar en el estudio del efecto del manejo agrícola en el estado de salud general de los suelos de los olivares mediterráneos.
Esta iniciativa también se centra en el análisis del impacto sobre la producción y calidad de los aceites de oliva producidos en la región mediterránea.
Los investigadores, siguiendo los protocolos y estándares definidos por la Unión Europea, se encuentran realizado trabajos de análisis y medición de las cinco réplicas tomadas en cada una de las parcelas a dos profundidades distintas, 10 y 20 centímetros para analizar los efectos de la actividad agraria en diferentes sustratos del suelo del olivar.
Los suelos seleccionados corresponden a varios sistemas de cultivo del olivar, tradicional, intensivo y ecológico, de forma que se pueda desarrollar un análisis comparativo entre cada uno de ellos.
Etapas de la Investigaciòn
Soil O-Live se compone de tres fases:
- Una primera fase pre-operacional, de 18 meses de duración en los que se realiza un diagnóstico de la salud inicial de los suelos en las 52 fincas de olivar demostrativas que participan en el proyecto, y que están localizadas en las principales zonas de producción del mediterráneo: Valle del Guadalquivir y Subbética (España), Alentejo y Alto Douro (Portugal), Toscana, Lazio y Sicilia (Italia), Kalamata, Creta y Lesbos (Grecia) y Beni Melal y Meknes (Marruecos).
En esta fase, en los tres modos de producción principales (tradicional, orgánico y de alta densidad) se analizan aspectos como la presencia de residuos de pesticidas en el suelo, concentración de cobre y el exceso de nitrificación y salinidad.
- Una segunda fase de la investigación centrada en las actuaciones de restauración y rehabilitación de los suelos en aquellos olivares que presenten problemas de contaminación y degradación.
Entre ellas se prevé el uso de la remediación electroquímica para la descontaminación de metales, y la remediación química con el uso de peróxidos para la degradación de pesticidas en suelos contaminados.
Para mejorar la falta de materia orgánica de la mayoría de olivares mediterráneos se utilizan enmiendas orgánicas basadas en el desarrollo de bio-carbonos de última generación acoplado a la restauración de las cubiertas naturales vinculadas al cultivo. Este último aspecto es fundamental para el control de la erosión por escorrentía, factor principal de la degradación del suelo en los olivares en las últimas décadas.
- La última etapa del proyecto comprende los dos últimos años del mismo, y en ella se procede a evaluar el impacto de las acciones de restauración realizadas sobre la salud general de suelo, el estado general de los árboles y su traslación directa e indirecta sobre la calidad del aceite de oliva, tanto a través del análisis de su perfil físico-químico como de sus características organolépticas.
Durante esta última fase, y para cada modo de producción, se determinarán también umbrales y nuevos estándares en la aplicación de fitosanitarios con potencial de afectar a la biodiversidad del suelo y las funciones que realiza.
De esta forma y con un estudio centrado en el estado del suelo, se pueden obtener datos concretos que son de gran utilidad para el cultivo y la producción de olivares.
Además, on esta información, el productor puede tener un acercamiento real de las posibles situaciones con las que se puede encontrar y así poder actuar en consecuencia.