El rol del medio ambiente en el desarrollo de los cítricos

Dentro de los factores abióticos más dañinos para la producción citrícola se encuentran las variaciones extremas de temperatura, la sequía, las inundaciones o la salinidad del agua de riego y del sustrato. Todos estos factores intervienen en el desarrollo y crecimiento productivo. 

Los aspectos relacionados al medio ambiente y el cambio climático, afectan a las plantas de los cítricos y generan un incremento de la transpiración y la fotosíntesis, provocando un desequilibrio en las membranas celulares y originando un incremento del daño oxidativo. 

Cambio climático en los cítricos: los efectos de las temperaturas extremas

El rango óptimo de temperatura para el cultivo de los cítricos se estima entre 22-34 °C. Es por eso que temperaturas por encima de este rango causan la abscisión de frutos y/o la reducción de su tamaño. 

Asimismo, se ven afectados parámetros de calidad del fruto como el contenido total de sólidos solubles (TSS) y la acidez total (TTA), que se reducen notablemente, lo que deprecia el valor comercial de la cosecha.

De todos modos, si el tamaño de los frutos sí se ve perjudicado, el crecimiento vegetativo de los cítricos, es decir, de la planta, no parece verse tan afectado por las altas temperaturas. 

En ese sentido, existen diferentes especies de cítricos que soportan temperaturas por encima de los 40 ºC sin mostrar efectos fisiológicos y bioquímicos perjudiciales. 

Los cítricos cuentan con diferentes niveles de respuestas de aclimatación a las altas temperaturas. Por otro lado, el cambio climático maximiza la probabilidad de que ocurran episodios de frío extremo aunque sean de corta duración y/o un descenso de las temperaturas o heladas. 

Todas estas variaciones pueden suponer pérdidas en la producción, sobre todo si estos episodios ocurren en el periodo de floración, en el que el árbol es especialmente sensible a las bajas temperaturas.

Otro de los fenómenos asociados al cambio climático son los episodios de sequía severa. La falta de agua disponible para los cítricos afecta negativamente a su crecimiento y a los procesos reproductivos. 

Esta situación conlleva a una menor producción. El déficit hídrico durante el periodo de formación y crecimiento del fruto provoca una disminución del tamaño, afectando su calidad y aumentando las pérdidas de los cultivos. 

Los cítricos responden a este estrés a través del cierre estomático, para reducir la transpiración y minimizar la pérdida de agua. De la misma manera, se reduce la captación de CO2 y, por tanto, la fotosíntesis, lo que puede desestabilizar la cadena de transporte de electrones y generar un aumento del daño oxidativo. 

Las consecuencias de la falta de agua en la producción citrícola

Otra consecuencia de la falta de agua en el sustrato es que la presión osmótica a la que se ven expuestas las plantas aumenta y dificulta la capacidad de mantener el flujo hídrico hacia los tejidos. 

Para contrarrestar esto, los cítricos acumulan compuestos osmoprotectores tales como sales inorgánicas, el aminoácido prolina o carbohidratos como la rafinosa.

La reducción de la transpiración y la acumulación de compuestos osmoprotectores son parte de un conjunto de diferentes estrategias fisiológicas y bioquímicas frente al déficit hídrico. 

Las concentraciones salinas en el agua de riego, provocadas por la salinización de los acuíferos y pozos de riego, afectan a los cítricos en diferentes niveles. 

En primer lugar, disminuyen la germinación de las semillas y el crecimiento vegetativo. Además, provocan clorosis, necrosis y, finalmente, destrucción de las hojas 

En segundo lugar, las altas concentraciones de sal en el agua de riego o en el suelo provocan desajustes nutricionales y acumulación del ion Cl–, tóxico para los cítricos. 

Y por último, el estrés salino lleva a una reducción de la apertura estomática, en parte por la señalización de la fitohormona ácido abscísico y el descenso de la actividad fotosintética. 

Otra consecuencia del cambio climático es el aumento del número y duración de los episodios de lluvias torrenciales. 

El fenómeno de la inundación prolongada del suelo que provocan estas lluvias tiene diferentes consecuencias negativas en los cultivos. 

El principal daño es la reducción de la cantidad de oxígeno disponible para la planta en el sustrato, aunque también tiene otros efectos en la composición química del suelo que alteran su interacción con las plantas. 

Entre los efectos de la inundación en los cítricos se destaca: la inhibición del crecimiento y desarrollo de la planta, el amarillamiento y daño foliar y la muerte del tallo. 

Estos síntomas se explican en parte por la reducción de la transpiración y fotosíntesis, la acidificación del apoplasto y la reducción del potencial hídrico. 

En líneas generales, tener en cuenta aspectos del medio ambiente y el cambio climático resulta clave al momento de cosechar cítricos. De esta forma y con la aplicación de buenas prácticas agrícolas, se pueden lograr mejores resultados y producciones más rentables.