Los distintos tipos de riego en la producción vitivinícola

El agua es un recurso fundamental para cualquier tipo de producción. En ese sentido, los distintos sistemas de riego se implementan de acuerdo a las necesidades del cultivo en cuestión, con el objetivo de mantener la calidad de la planta con el menor costo hídrico posible.

El agua también es un recurso muy necesario en la vitivinicultura. De alguna forma, es el promotor de la vida en los surcos y el artífice del crecimiento de la vid. 

Es por esto que cuidar este recurso es fundamental y para hacerlo es importante optimizar las herramientas que la administran.

El riego en la vitivinicultura

En el caso de la vitivinicultura, este tipo de producción emplea una gran infraestructura para administrar el recurso del agua de forma eficiente. Es por eso que conocer las condiciones de producción e invertir correctamente, son factores claves para lograr buenos rendimientos. 

El tipo de riego que cada bodega es elegido de acuerdo a los requerimientos del tipo de suelo de la zona, la modalidad de las parcelas y los aspectos del suelo y el clima. Asistir el regadío es vital en una zona con emergencia hídrica.

Los tipos de riego empleados en los viñedos

Riego a manta o por inundación: es uno de los sistemas más clásicos y consiste específicamente en la canalización del suelo para llevar el agua que llega de los ríos, sea en alta montaña o en las zonas de regadío en el llano. 

Es un sistema económico, pero se requiere una buena nivelación de terreno. Para esto es esencial la labor del tomero, que es quien habilita el riego cuando es el turno en esa franja del predio. 

Riego por goteo: es uno de los sistemas más utilizados hoy en día. Principalmente lo emplean aquellas bodegas que cuentan con una gran producción en cantidad de hectáreas, ya que permite automatizar las raciones hídricas que recibe la vid.

Este mecanismo se basa en la implementación de una tubería de plástico a lo largo de cada hilera de la plantación. De ese modo, se colocan goteros en la manguera a una distancia aproximada de entre 10 y 20 centímetros. 

Es un tipo de riego que ofrece varias ventajas como por ejemplo, facilita una mejor distribución y automatización; cuida el agua ya que con el mismo caudal se puede regar todas las parcelas por igual; reduce el riesgo de evaporación; su mantenimiento es sencillo, económico y no requiere de mucho personal, entre otros beneficios. 

Es necesario para eso construir un depósito de agua que permita regular el riego. En ocasiones las bodegas aprovechan ese requerimiento para construir un lago artificial que aporte estética a la propuesta turística asociada al espacio. 

Riego por goteo subterráneo: este sistema es similar al riego por goteo solo que la tubería se instala de manera subterránea en los surcos de las vides, con el fin de que humedezcan directamente la raíz. 

De esta forma dichas cañerías son invisibles, quedando mejor estéticamente, pero es más difícil reparar una fuga. Lo positivo es que las pérdidas por evaporación se reducen más, siendo el más efectivo en el ahorro de agua.

Riego localizado: en este tipo de riego se usan sistemas de esparcimiento como los aspersores, que distribuyen el agua en un amplio espacio a través del aire. 

Se aplica en pequeñas cantidades pero de forma permanente. La pérdida por evaporación es un elemento a tener en cuenta, a veces se utilizan para generar condiciones de humedad en las vides, lo que impacta en la uva, por ejemplo, cuando se busca botritizar la baya.

Estos tipos de riego en una finca no son excluyentes entre sí, de hecho es común ver que se compartan conforme sea más eficiente y adecuado. Lo importante es preservar los estándares de calidad de la vid al menor costo hídrico y medioambiental posible.

En líneas generales, los sistemas de riego elegidos por cada bodega van a depender de factores como el clima, el suelo, el nivel de humedad y también el tipo de vid. Es por eso que el conocimiento de las condiciones de producción es esencial para poder invertir adecuadamente, no desperdiciar el recurso del agua y lograr una producción exitosa en cantidad y calidad.