Especialistas junto a productores locales, han realizado investigaciones para incorporar nuevas variedades de nogales que sean óptimas y productivas, teniendo en cuenta las condiciones y las demandas.
En ese sentido, el Instituto Nacional de Semillas de Argentina aprobó tres nuevas variedades de nogal. Las variedades son: JJ Racimosa, Del Saz y Cóndor Huasi. Estas incorporaciones, se suman a las 12 ya registradas.
Sumar más variedades contribuye con la preservación y el fomento de diversidad genética, permitiéndole a las regiones que las adapten según las condiciones específicas de cada lugar.
Este enfoque está alineado con el concepto de soberanía alimentaria, que brega por la producción de alimentos que demuestren rasgos de la cultura y las particularidades de cada territorio, garantizando el acceso y una distribución igualitaria
En ese sentido, es fundamental que la fruticultura moderna se adapte a las condiciones del cambio climático, donde los recursos genéticos juegan un rol importante.
La dimensión productiva de la nuez
La producción de nuez es significativa. Se estima que en algunas provincias del país se producen entre 5.000 y 8.000 mil toneladas, en un terreno extendido de más de 4.000 hectáreas y en el que hay más de 2.000 establecimientos involucrados.
Dentro de las variedades cultivadas, la Chandler se destaca como la que más demanda presenta. La producción de nuez criolla también ocupa un papel significativo. Entre otras variedades importantes se encuentran la Serr, Sunlad, Tulares, así como las variedades de Nogal, Trompito y Argentina. Estas últimas variedades demostraron una producción sostenida en el tiempo, debido a su facilidad para adaptarse a suelos menos fríos, un fenómeno causado por el cambio climático.
¿Cuáles son las nuevas variedades de nogal?
Las nuevas creaciones de nueces desarrolladas por el INTA presentan características que aseguran beneficios para sus productores:
JJ Racimosa INTA
Se destaca por la capacidad de fructificación en racimo y el ciclo corto que presenta, lo que evita los daños causados por las heladas. Además, su pulpa clara, parecida a la de otras variedades reconocidas como Franquette y Serr, junto con su alto rendimiento productivo, la convierten en una opción valiosa para los programas de mejoramiento genético.
Del Saz INTA
Esta variedad contiene una elevada cantidad de amento y ofrece una alternativa para los productores que buscan variedades con baja alternancia y una pulpa clara, similar a la Franquette. Al igual que JJ Racimosa INTA, esta variedad es recomendable para programas de mejoramiento genético por la importante cantidad de amento que presenta.
Cóndor Huasi INTA
Esta variedad presenta una floración temprana y extensa. Es de fácil cosecha por la caída natural escalonada de sus frutos. Asimismo, ofrece una alternativa versátil que se ajusta a las distintas condiciones climáticas.
Cultivo de la almendra
La almendra es otro de las producciones que integra los cultivos de alto valor o especializados. El cultivo de la almendra necesita cumplir una serie de pasos para conseguir una cosecha rentable. Cada paso del proceso está basado en una fusión equilibrada de conocimiento tradicional y técnicas actuales.
Actualmente, debido a los avances en tecnología de agricultura de precisión, los productores pueden acceder a ciertos datos que hacen que la producción sea más exitosa.
En relación a las condiciones climáticas, los almendros se desarrollan y crecen mejor en climas cálidos. De hecho, la mejor producción surge en veranos prolongados, con altas temperaturas, secos y mucho sol. Si bien, el almendro también crece bien en climas más fríos, se ven perjudicados con los daños causadas por las heladas
En ese sentido, los árboles de almendras sólo necesitan entre 250 y 350 horas de frío para provocar la brotación. Estos cultivos no toleran el frío ni la lluvia durante su fase de floración por varios motivos. Uno de ellos es que el frío es perjudicial para la polinización de las abejas, que es la que otorga un menor cuajado y rendimiento de los frutos de almendra. Sólo 30 minutos de temperaturas inferiores a -4° pueden dañar considerablemente las plantas florecidas. Además, las condiciones húmedas de crecimiento pueden alentar la aparición de infecciones fúngicas y bacterianas, que a al mismo tiempo disminuyen la productividad de los árboles.
El uso del suelo para el cultivo de almendras
No existe un tipo de suelo óptimo para el cultivo de la almendra, ya que es un árbol que se adapta y puede desarrollarse en varios tipos de suelos. De todos modos, el crecimiento del almendro presenta su máximo potencial en suelos que tienen buena capacidad de drenaje, profundidad y fertilidad.
Uno de los problemas en la producción de almendras es la sensibilidad que presentan a la sal. Es así que el almendro sufre deshidratación por la salinización del suelo. Luego, empieza a generarse una acumulación de sal, formando iones salinos en el tronco y las hojas, ya que las raíces del árbol no resisten las grandes concentraciones de sal.
La acidez del suelo no suele ser una barrera en el crecimiento de los almendros, pero la mayoría de los agricultores ajustan el pH del suelo para lograr mejores resultados y evitar inconvenientes.