El rol de la agricultura intensiva en la demanda de alimentos

La agricultura intensiva comprende la producción de cultivos en ambientes y condiciones controladas, con el objetivo de garantizar el crecimiento y desarrollo de las plantas para producir frutos de calidad. 

¿Qué sistemas de cultivos existen en la agricultura intensiva?

Los programas de cultivos aplicados en la agricultura intensiva reúnen características comunes como: 

  • Control en las condiciones de temperatura y humedad. 
  • Distribución de nutrientes mediante el riego, aportando la cantidad necesaria según la etapa de crecimiento de la planta. 
  • Uso de medios como fungicidas, herbicidas e insecticidas, para garantizar la protección vegetal y la sanidad del cultivo. 
  • Posibilidad de aplicar luz artificial si es necesario.
  • Mejora genética de las variedades. Para esto se utiliza material vegetal seleccionado para dar un alto rendimiento de las partes consumibles. 

La implementación del cultivo hidropónico 

La hidroponia o cultivo fuera del suelo es otra variante de agricultura intensiva. Tal práctica, conlleva todas las características mencionadas anteriormente, pero es llamativa porque  prescinde de tierra o suelo.

Esta técnica se centra en ofrecer a las plantas un sustrato artificial y poroso, por ejemplo, fibra de coco, donde las raíces se puedan prender y brindar un flujo continuo de agua y nutrientes a las plantas para cada fase de crecimiento, optimizando su producción.

Cultivos al aire libre

Dentro de la agricultura de alta productividad entran también las plantaciones que no están cubiertas de plásticos o condiciones artificiales. Un ejemplo son los cultivos de olivar y almendros. Dichas plantaciones se han mecanizado mucho en el último tiempo, pero igualmente se pueden incluir dentro de los cultivos intensivos.  

El sistema de cultivos al aire libre se basa en plantar líneas de árboles con zonas de plantación que optimicen el espacio y permitan poner más árboles por hectárea que un sistema convencional

De esta manera  ya no se tienen que administrar árboles de forma individual, si no que se crea un seto o muro vegetal que se trata y cosecha de forma global. Con esto y con un control adecuado de la fertilización y el riego, se puede lograr una producción más rentable y eficaz. 

El olivar o el almendro en sistemas de producción intensiva son cada vez más frecuentes y permiten modernizar el sector con sistemas productivos y rentables para el productor

Muchos consideran que la agricultura intensiva consume muchos recursos pero esta afirmación es falsa. Por el contrario, la agricultura intensiva pretende optimizar el uso de los recursos. 

Si se compara una producción hortícola “tradicional” de un sistema intensivo, éste último consume muchos más recursos de agua, fitosanitarios y/o fertilizantes. Pero si se compara por kilo de producto obtenido, la agricultura intensiva nos permite obtener una producción con menos consecuencias ambientales. 

Por ejemplo, en una plantación intensiva de olivar se pueden llegar a cosechar hasta 12.000 kilos de aceituna, mientras que en un sistema tradicional, la media puede rondar en 3.000 kilos por hectárea, lo que en algunos casos, son explotaciones económicamente inviables.

El impacto de la agricultura intensiva en la salud y el ambiente

En la agricultura intensiva existen muchas certificaciones alimentarias a las que se someten los agricultores para obtener sellos de calidad y seguridad que garantizan que los vegetales que se consumen son resultado de producciones cuidadosas con el ambiente y en las que se respetan todas las normativas.

Algunas de las certificaciones son:

  • Producción Integrada (PI): consiste en una documentación que se enfoca en valorar y priorizar el uso de productos no químicos antes de aplicar fitosanitarios en los cultivos. De esta forma se busca reducir el uso de agroquímicos durante el ciclo del crecimiento. El distintivo de su sello suele ser una mariposa.  
  • Global GAP: Este certificado tiene alcance mundial y GAP es el acrónimo en inglés de Buenas Prácticas Agrícolas (Good Agricultural Practices). Es una documentación que existe desde 1990 y la mayoría de grandes cadenas alimentarias lo exigen para distribuir frutas y verduras. 

Además, las administraciones regulan la producción de alimentos para ofrecer producciones de calidad y seguras para los consumidores, aunque hayan sido producidas bajo normativas y condiciones de la agricultura intensivas. Entre esas obligaciones se encuentra el cumplimiento del cuaderno de campo.

Los desafíos que presenta la agricultura intensiva 

La agricultura intensiva presenta uno de los mayores retos para alcanzar una alimentación sana y de calidad para una población que está en una constante expansión. 

Este tipo de agricultura tiene que convivir con otros modelos como la producción ecológica o tradicional, que va en incremento y para la que cada vez hay un mercado mayor.

Para llevar un buen control, tanto en prácticas de la agricultura intensiva, extensiva, ecológica, se necesitan herramientas que posibiliten llevar a cabo un mejor control de los recursos utilizados y de esta forma optimizar los rendimientos productivos.