La agricultura sostenible como nuevo concepto de producción

Para ser sostenible, la agricultura debe cubrir las necesidades alimentarias y textiles de las generaciones presentes y futuras. Pero, ¿qué prácticas incluye este tipo de producción?

La agricultura sostenible debe ofrecer productos a precios razonables para los consumidores y suficientes para mantener la economía del sector agrario sin poner en peligro la salud del medio ambiente, ni la cantidad de recursos naturales. 

En ese sentido, la agricultura sostenible es un sistema de producción agraria conservador de recursos, ambientalmente sano y económicamente potable. Este tipo de agricultura surge de la necesidad de llevar adelante programas alternativos de agricultura que sean más acordes con las necesidades de la sociedad actual, la cual exige formas de producción más sostenibles y menos agresivas para el medio ambiente, y que sean social y económicamente aceptables.

En el sector agrícola, este concepto de producción sostenible puede definirse como un sistema de prácticas agrícolas ecológicas centrado en innovaciones científicas mediante las cuales es posible producir alimentos saludables con prácticas respetuosas para el suelo, aire, agua, y protegiendo los derechos y la salud de los agricultores.

Asimismo, la agricultura sostenible tiene como meta satisfacer las necesidades humanas de alimentación saludable a través de determinados principios básicos como la mejora de la calidad en el medio ambiente, la preservación de los recursos naturales, el uso eficiente de los recursos agrícolas y de las fuentes de energía no renovables, la adaptación a los ciclos naturales biológicos, el apoyo al desarrollo económico rural y la calidad de vida de los productores. 

En esa línea, para lograr una agricultura sostenible los productores deben:

  • Adelantarse a los cambios, es decir reconocer, aceptar, planificar y actuar en consecuencia de las transformaciones. 
  • Reconocer e identificar recursos y limitaciones, para esto se necesita crear estrategias para utilizar los recursos y superar las limitaciones.
  • Aumentar al máximo la calidad en todas las etapas de la actividad agrícola, no conformarse con productos o servicios de calidad subóptima.
  • Tener presente que las granjas sostenibles son principalmente negocios en los cuales el beneficio obtenido se puede reinvertir internamente para otros fines sociales u otras metas ambientales.
  • Tomar los riesgos necesarios, incurrir en deudas asumibles e invertir considerando oportunidades y dificultades, tanto en el medio como en el largo plazo.

Los sistemas sostenibles promueven hacer el mejor uso de los productos y servicios medioambientales sin dañarlos, adaptándose a la zona y ajustándose al lugar.

Los últimos indicios empíricos muestran que las exitosas iniciativas y proyectos en el campo de la agricultura sostenible nacen a partir de los cambios de factores en la producción agrícola, por ejemplo en la sustitución de fertilizantes por plantas leguminosas fijadoras de nitrógeno, de pesticidas químicos por “pesticidas” naturales, entre otras acciones. 

Un concepto mejor que el extensivo es aquel que se enfoca en la intensificación de los recursos, haciendo un mejor y sostenible uso de los ya existentes, como es el caso de la tierra, el agua, la biodiversidad y las tecnologías.

De acuerdo a las recomendaciones. los pasos esenciales para conseguir la agricultura sostenible son:

  • Incorporar los procesos biológicos y ecológicos, como ciclos de nutrición, fijación de nitrógeno, regeneración del suelo, alelopatía, competición, depredación y parasitismo, con los procesos de producción de alimentos.
  • Reducir el uso de los métodos no renovables que provocan un impacto negativo en el medio ambiente, en la salud de los agricultores y de los consumidores de alimentos.
  • Sacarle provecho al conocimiento y a las habilidades de los agricultores, potenciando su capital humano y su independencia frente a terceros, evitando de este modo tales costos. 
  • Aprovechar la capacidad de las personas para trabajar en equipo  y resolver los problemas comunes de la agricultura y de los recursos naturales, como por ejemplo plagas, sequías, riego, entre otros. 

De esta forma, la agricultura sostenible busca satisfacer las necesidades otorgando productos de calidad en el mercado y dando garantías de un respeto por el ambiente, sus recursos y la salud de los consumidores.