El cultivo de olivo es una de las producciones más importantes de España. Con alrededor de 260 especies en toda la Península, este cultivo genera más de 1 millón de toneladas de aceite de oliva, ocupa alrededor de 2,7 millones de hectáreas y el número total de plantas en todo el país ronda los 283 millones.
En el cultivo de olivo de España, como en la mayoría, se busca la rentabilidad. Una producción alta de gran calidad con costos reducidos.
Obtener el mayor rendimiento posible del olivo con la mejor calidad no es tarea fácil y depende en gran medida del sistema de cultivo que se aplique.
En el cultivo del olivo este último aspecto es fundamental porque si se trata de una plantación propia es muy importante conocer hasta el último detalle las características de la finca en cuanto a orografía, composición nutricional del suelo, recursos hídricos, entre otros aspectos, ya que en función de esto el sistema de cultivo deberá ser uno u otro.
Sistemas de cultivo de olivo
Los principales sistemas de cultivo del olivar son:
Olivar tradicional no mecanizable.
Olivar tradicional mecanizable.
Olivar intensivo.
Olivar superintensivo.
Cultivo tradicional
Es el sistema más utilizado en la zona del Mediterráneo. Se trata de cultivos de baja densidad, aproximadamente 100 árboles por hectárea, generalmente de gran tamaño ya que su sistema de tres pies genera una mayor producción.
Dado que los sistemas de cultivos tradicionales no pueden competir en cuanto a producción con los sistemas intensivos o superintensivos, este se enfoca más en conseguir una aceituna de calidad, mejor cotizada en el mercado.
En este sistema de cultivo la mano de obra es fundamental, sobre todo si la pendiente del terreno supera el 20% ya que esto impide que tareas más difíciles y costosas, como la recolección y la poda, puedan ser mecanizadas.
El beneficio de aplicar el sistema de cultivo tradicional es un precio más competitivo de la aceituna y de mejor calidad.
En este caso se habla de un sistema de cultivo tradicional mecanizable, en el que las tareas que se realizan en un cultivo tradicional van acompañadas de máquinas que facilitan el trabajo.
Un sistema de cultivo tradicional mecanizable puede llegar a transformarse en un sistema de cultivo intensivo, reduciendo el número de pies de los ejemplares y aumentando la densidad de plantación por hectárea.
La principal desventaja es el poco nivel de producción en comparación con el sistema intensivo y el tiempo de recolección.
Cultivo intensivo
Los sistemas de cultivo intensivo se caracterizan fundamentalmente por el aumento de olivos de un solo pie y con un marco de plantación menor que en un sistema de cultivo tradicional. Esto provoca un incremento de la densidad de plantación.
La producción en estos sistemas es mayor que en el sistema de cultivo tradicional, y la mecanización de las labores hace mucho más sencillo el trabajo, consiguiendo una mayor producción con menor mano de obra.
La ventaja de estos sistemas de cultivo son su alta producción y la opción de ser completamente mecanizable lo que lo convierte en un sistema de cultivo bastante dinámico con el que el periodo de tiempo empleado en el cuidado de la plantación se reduce a más de la mitad.
Las desventajas son el precio de plantación y la necesidad de riego controlado, lo que supone un gasto adicional en instalación de regadío y agua.
Cultivo superintensivo
Es un sistema en el que la densidad de plantación es mucho mayor. Con olivos en seto, las labores son todas mecanizadas y la producción máxima.
En el caso de este tipo de sistema de cultivo la principal desventaja es la duración de los olivos. Estos no suelen durar más de 12 a 14 años, por lo que al pasar esos años es necesario renovar la plantación.
Además sufren un mayor número de enfermedades por la humedad y falta de iluminación, debido a la mala ventilación y la cercanía entre ejemplares.
En España, aproximadamente el 70% de las plantaciones de olivo tienen un sistema de cultivo tradicional, siendo alrededor del 55% mecanizable. Otro 20% se asocia a sistemas de cultivo intensivo y menos del 5% de los sistemas de cultivo son superintensivos.
En resumen, estos son los tipos de cultivos que existen para el olivo. Dependerá de cada zona y cada finca aplicar uno u otro, teniendo en cuenta sus beneficios, sus consecuencias y los costos de implementación.