Industria vitivinícola nacional y cambio climático

La industria del vino en nuestro país se encuentra ante un duro desafío: el fenómeno climático y sus coletazos. ¿Cómo afecta al sector este tipo de problemáticas?

Retos y desafíos para la industria vitivinícola argentina.

¿Cómo afecta el cambio climático a la vitivinicultura?

Como se sabe, las bodegas dependen antes que nada del cultivo de la vid. Planta de la cual luego salen distintos tipos de uva, según la región y el área de cultivo.

Las temperaturas extremas asociadas al fenómeno climático, igual que las sequías y las nuevas condiciones ambientales amenazan seriamente la producción específica en su lugar de origen, tal como se lo conoce.

Impactos en la vitivinicultura nacional y mundial

Los daños y efectos del cambio climático no afectan solo a las bodegas y empresas vitivinícolas argentinas, sino que se trata de un fenómeno global.

Investigadores y especialistas afirman que entre los países y regiones más afectados aparecen España, la parte Sur de Francia, y lugares determinados de California y Washington, donde el aumento de la temperatura ha sido significativo.

La industria nacional también tendrá que adaptarse a estos desafíos climáticos, para lograr conservar su calidad distintiva y variedad en un entorno cambiante.

¿Por qué es tan importante entender el  fenómeno climático?

Muchas veces se confunde el cambio climático y calentamiento global, reduciendo los efectos del primero a este último.

Sin embargo, el concepto de cambio climático es más vasto y complejo. Sus formas de afectar al planeta son múltiples y también sus causas.

En lo que respecta a la industria del vino nacional, los fenómenos climáticos se expresan de distintas formas.

Adelantamiento de la vendimia

Las temperaturas elevadas alteran el comportamiento de los viñedos, haciendo así que estos tengan una maduración temprana.

Es posible que ante el calentamiento del suelo, las uvas se adelanten a su época prevista, y esto por supuesto trae consecuencias colaterales. 

Pudiendo afectar así, de esta manera, la calidad del vino y sus propiedades.

Aumento de sequías

Las alteraciones en el ecosistema provocan transformaciones sobre las estaciones y sus ciclos. Sobre todo, en lo que respecta al verano y la primavera.

Tal es así, que al volverse las sequías más comunes, esto trae efectos de arrastre. Una de las acciones más frecuentes es aumentar el riego y las cantidades de reserva de agua. 

Esto además de producir dependencia lleva a un desgaste del agua como recurso.

La humedad y el frío: enemigos de los hongos

Debido al cambio climático y sus efectos ambos estados si se vuelven frecuentes, pueden afectar a la producción de hongos, los cuales son útiles muchas veces para ayudar a la uva en el camino a su madurez.

Reorganización de la actividad

Otros efectos están ligados directamente con la expansión hacia nuevas zonas vitícolas. 

Se trata de un proceso de cambio y reorganización de la actividad impulsado fundamentalmente por el nuevo escenario global.

Vinos de altura

Durante el último tiempo hubo importantes cambios en cuanto al diseño de áreas de mucha mayor altura y ubicadas sobre el nivel del mar. Estamos ante la aparición de vinos de altura. Esto contrasta con las zonas elegidas tradicionalmente para el cultivo vitivinícola, y agrega un factor novedoso.

Tal es así, que los Valles Calchaquíes y sus vinos han sufrido una reciente valoración positiva, tanto en nuestro mercado como a nivel mundial, en comparación con zonas históricas asociadas al cultivo vitivinícola como es Cuyo.

En Catamarca, más precisamente en el Alto Valle de Hualfín, las bodegas Federico Mena Saravia, son la muestra precisa de esta producción de calidad en zonas novedosas.

La acidez de la uva

Se trata de un componente clave para la estructura y propiedades del vino. 

En zonas calientes, las altas temperaturas están produciendo variaciones en la acidez de la uva, de modo que están afectando su producción y ciclos naturales.

Por otro lado, las áreas con temperaturas más frías y bajas están consiguiendo más beneficios con respecto a la acidez. Logrando que ésta juegue un papel a su favor en las cosechas.

Tácticas y estrategias de la industria

Una selección de uvas más resistentes a los cambios climáticos es una de las formas que encuentran las bodegas para adaptarse a los nuevos tiempos.

A su vez, se están generando casos de reorganización y expansión del sector vitivinícola hacia nuevas zonas que gozan de un mejor posicionamiento climático. 

Estos lugares ofrecen buenas condiciones para el cultivo de la vid. Y se está tratando de aprovecharlo, cambiando un poco la geografía tradicional del producto.

Las transformaciones climáticas y ecológicas impulsan distintos cambios y modificaciones en la industria del vino, y es vital lograr resiliencia y adaptación al momento.